Allá donde se pierde la noción de dimensión

Ayer disfrute de una invitación a una velada fantástica.

Allí donde los problemas son acuciantes, allí donde no hay distinción entre la zona de trabajo y de vida propia. Allí donde no llega ni la empresa pública de limpieza, porque entra a discutir que si container aquí o allá, allí donde, Alfredo, no tienes la decencia de parar ni estando invitado. Allí, esta gente tiene tiempo para nosotros, para montar un escenario, contratar música y dar unos premios a lo que sea. Allí donde una asociación se mata (porque la vida en ello) a trabajar por una barriada para conseguir solamente mejorar su entorno diario, a cuya cabeza está un hombre que merece todos mis respeto y mi aplauso, Esteban; allí estuve gozando de la solidaridad y la sonrisa de una gente a la que debemos mucho y nos ofrece su casa.

Hoy va en tu honor este pequeño escrito, Esteban. No soy de tu barrio pero me quito el sombrero y me arrodillo ante la imagen que nos das, y todo tu trabajo dedicado a tu barriada. Ante la imposibilidad de saber si alguien te dará un homenaje digno de ti, te lo doy yo y mi gente, y te animamos a seguir así porque “El Gordillo” cuenta con una persona magnífica. Fuera de ámbito político, mi grupo se quita el sombrero y se descubre ante ti y te dice: ENHORABUENA

Javier Romo